Siamesas continuarán bajo observación médica
Las bebés siameses Irene y Dayana son trasladados al hospital de Maternidad, para seguir en observación.
La lucha por la vida continúa…aunque las siamesas Irene y Dayana no podrán ser separadas, seguirán bajo observación médica en el Hospital Nacional de Maternidad.
Los resultados de un ecocardiograma realizado, ayer, evidenciaron que ambas menores tienen su propio corazón, pero permanecen unidas por una aurícula, que no puede ser intervenida quirúrgicamente.
Luego del el examen que duró una hora, las siameses fueron trasladadas al Hospital de Maternidad, donde continuarán en tratamiento para ver su crecimiento juntas.
Por el momento, las niñas están respirando por sí solas y hasta toleran la alimentación. Clínicamente parecen estables.
Aunque el panorama aún es incierto, el padre de las gemelas, Emerson López Morales, parece no estar sorprendido con los resultados.
«Yo creo en Dios que las niñas saldrán adelante, como los doctores ya nos habían dicho la situación no nos hemos admirado mucho y estoy seguro que todo saldrá bien…», expresó el joven de 21 años.
Emerson y su esposa (una joven de 17 años) provienen del caserío Agua Fría, cantón La Merced, en la Libertad. Ahí sobreviven de la agricultura.
Las siameses (primeras hijas de la pareja) vinieron al mundo el 4 de enero del presente año, luego de una larga cirugía en la que intervinieron 15 especialistas.
El expediente clínico indica que ambas pesaron 1,3 kilogramos, mientras su talla fue de 43 y 45 centímetros. Los órganos que comparten son el hígado y la aurícula cardíaca.
Los médicos, enfermeras y familiares mantenían las expectativas en el reciente ecocardiograma, cuyo resultado no fue el esperado.
El director del Hospital de Maternidad, Roberto Sánchez Ochoa, explica que como las cámaras cardíacas están comunicadas (unidas) es más difícil el pronóstico de vida para las siamesas.
La tasa de mortalidad en este tipo de casos ronda el 50 %, por lo que los médicos no pueden determinar algún periodo de vida.
En El Salvador, los partos de siamesas se observan cada 200 mil partos y con una frecuencia de cada dos años.
Antes del caso de Irene y Dayana se registra otro en 2008, cuando los siameses de Santa Ana fueron separados, ya que únicamente compartían el hígado.
La lucha por la vida continúa…aunque las siamesas Irene y Dayana no podrán ser separadas, seguirán bajo observación médica en el Hospital Nacional de Maternidad.
Los resultados de un ecocardiograma realizado, ayer, evidenciaron que ambas menores tienen su propio corazón, pero permanecen unidas por una aurícula, que no puede ser intervenida quirúrgicamente.
Luego del el examen que duró una hora, las siameses fueron trasladadas al Hospital de Maternidad, donde continuarán en tratamiento para ver su crecimiento juntas.
Por el momento, las niñas están respirando por sí solas y hasta toleran la alimentación. Clínicamente parecen estables.
Aunque el panorama aún es incierto, el padre de las gemelas, Emerson López Morales, parece no estar sorprendido con los resultados.
«Yo creo en Dios que las niñas saldrán adelante, como los doctores ya nos habían dicho la situación no nos hemos admirado mucho y estoy seguro que todo saldrá bien…», expresó el joven de 21 años.
Emerson y su esposa (una joven de 17 años) provienen del caserío Agua Fría, cantón La Merced, en la Libertad. Ahí sobreviven de la agricultura.
Las siameses (primeras hijas de la pareja) vinieron al mundo el 4 de enero del presente año, luego de una larga cirugía en la que intervinieron 15 especialistas.
El expediente clínico indica que ambas pesaron 1,3 kilogramos, mientras su talla fue de 43 y 45 centímetros. Los órganos que comparten son el hígado y la aurícula cardíaca.
Los médicos, enfermeras y familiares mantenían las expectativas en el reciente ecocardiograma, cuyo resultado no fue el esperado.
El director del Hospital de Maternidad, Roberto Sánchez Ochoa, explica que como las cámaras cardíacas están comunicadas (unidas) es más difícil el pronóstico de vida para las siamesas.
La tasa de mortalidad en este tipo de casos ronda el 50 %, por lo que los médicos no pueden determinar algún periodo de vida.
En El Salvador, los partos de siamesas se observan cada 200 mil partos y con una frecuencia de cada dos años.
Antes del caso de Irene y Dayana se registra otro en 2008, cuando los siameses de Santa Ana fueron separados, ya que únicamente compartían el hígado.
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